Al final, era mentira


Después de denunciar al tatuador que le grabó 56 estrellas en la cara, resulta que sí los quería, aunque hizo creer que no por temor a lo que le diría su padre al verla. Lo revela la televisión holandesa Ned 3.

Kimberley Vlaeminck, la joven belga de 18 años que dijo que fue tatuada con 56 estrellas en contra de su voluntad porque se quedó dormida, admitió que mintió por temor al castigo que le impondría su padre cuando la viera.

Al final toda la farsa la descubrió la cadena televisiva Ned 3, quienes la consiguieron engañar diciéndole que las cámaras estaban apagadas para 'invitarla' a confesar la verdad.

La adolescente acabó admitiendo que los tatuajes eran de su agrado, salvo por unas estrellas junto a la nariz, lo mismo que dijo el tatuador, el rumano Rouslain Toumaniantz, al que llegó a denunciar. "Mi cliente estuvo despierta durante toda la intervención. No la hipnotice ni drogué, ella estaba de acuerdo. Los problemas vinieron cuando el padre y el novio vieron el tatuaje", dijo.

Aunque en su momento se sintió molesto - la chica, que dijo que sólo le había pedido seis estrellas en su rostro, llegó a decir: "Es terrible para mí. No puedo salir a la calle. Me parezco a un monstruo"- ahora incluso está satisfecho por la "publicidad" se ha hecho de su negocio.

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