Resumida autobiografía, parte I/III

Retrato de mi padre con bolígrafo Bic®

Toda mi familia siempre me apoyó en mis proyectos, pero el que más influenció fue mi padre quién me facilitó las herramientas en todo momento, desde que tengo memoria. Hace no mucho note hasta qué extremo mi padre me dejaba hacer cosas, desde facilitarme manuales, él siempre fue de comprar libros y enciclopedias, donde trae experimentos para realizar, hasta dejarme destapar una radio solo para ver cómo era por dentro, siempre me sobraba algún tornillo o algo, pero aprendí bastante al punto que los clientes de la relojería de mi padre, comenzaron a traer trabajos de electrónica, que por cierto me fascina. Hoy en día considero que todo esto fue lo que permitió perderle el miedo a experimentar cosas diferentes.
En el tema del dibujo, esta vez el que influenció más fue mi hermano mayor Richard, a quién también le gustaba dibujar y yo admiraba, en su momento, en mi empeño por llegar a dibujar como él, logré superarlo e interesarme tanto por realizar un dibujo o un trabajo lo mejor posible.
Pero el salto más grande lo di cuando me inscribí en el Taller de Expresión Plástica, donde conocí a Rito Rodríguez profesor a cargo del taller, y a muchos otros artistas que generalmente merodean un taller de Expresión, su hábitat natural.
En un taller no solo se trabaja, y al haber compañeros de diferentes edades también se escuchan y comparten historias del arte, se comienzan a intercambiar vivencias y el aprendizaje se logra casi sin querer y en un ambiente muy cómodo, todo esto contribuye a abrir la mente, a probar y a experimentar diferentes técnicas hasta encontrar nuestra técnica. Yo elegí el realismo, al ver las imágenes que logran Rito, César Valiente y otros artistas tanto de la zona como con los que hasta ahora me sigo encontrando por internet y que me sigo sorprendiendo al ver las cosas que se pueden lograr.
Casi al mismo tiempo, descubrí en mi casa un curso de joyería y comencé a experimentar, aprovechando de que mi padre ya tenía todas las herramientas, aquel nuevo arte de trabajar los metales preciosos y logre confeccionar pequeñas piezas en plata y oro, y casi sin querer, como no podía ser de otra manera, comencé a reparar joyas en la relojería de mi padre, pero los materiales y herramientas son difíciles de conseguir y es muy costoso, lo que empezó a dificultar cubrir la demanda y poco a poco abandoné el negocio.
Pero poco meses después de que Óptica Muñoz abriese sus puertas, fui a ofrecerme para reparar armazones de lentes, hecha la propuesta un buen día Óptica Muñoz me confió las armazones que hasta el día de hoy reparo, se trata de soldar las armazones de metal solucionándole al cliente en no más de 8hs. el problema de quedarse sin lentes.
| Ver parte II ►