Uno de ellos podría haber sido yo.
Más de un mes llevaba la canción infantil taladrando alegremente las cabezas de todo un pueblo. No había quién no la tarareara.
Pero el gran día se convirtió en tragedia. La radio pasó a anunciar el número de heridos, y cada madre y cada padre, orgullosos de sus hijos o hijas solidarios, se sentaron a escuchar rezando y deseando que los nombres les sean ajenos.
El monstruo, tan popular y hasta entonces inalcanzable, llega a la ciudad y es recibido como rey. Un montón de ingenuos ilusionados con una buena causa, un desafío desmedido. El corazón en manos del dinero, una vez más.
Lejos de subestimar, si hubiéramos llegado antes, uno de ellos podría haber sido yo.
Elías Maquieira en facebook