Mi primer experiencia con óleos.
Muchos años concurrí a un taller de artes plásticas, donde lo que se hacía era eso: expresarse en plástica. Desde que me conozco comercialicé lo que hago, casi sin querer, hace no mucho me di cuenta que puedo hacer bastante dinero con lo que hago, porque primero se es artista, luego empresario o comerciante, como comerciante soy pésimo, me cuesta ponerle precio a lo que hago, entonces le pongo precio pensando en mi hija.
Hay gente que trabaja en algo, en sus ratos libres concurre a un taller y se "distrae" de su trabajo, es su cable a tierra. Pero si tu trabajo es el arte, si amaneces pensando en diseños, almuerzas mal pensando que tenes que diseñar cosas o que en un rato tenes que hacer un tatuaje difícil, estas las 28 horas del día pensando en arte, es muy dificil que concurras a un taller a distraerte, porque es más de lo mismo, si bien puedo ir a hacer "cosas para mi" pero créeme que no me dan ganas de ir a hacer más de lo mismo, prefiero recorrer redes sociales (aunque la mayoría de las veces chateo de tatuajes o cosas así y es más de lo mismo y me embola) o no sé, estar al pedo.
La cosa es que cuando iba a un taller lo hacía con algún trabajo que tenía que entregar, en el taller hay espacio y están todos los materiales que uno necesita, entonces si, mataba dos pájaros de un tiro, concurría al taller y cumplía con mi trabajo.
Había prometido perfeccionarme en una sola cosa, el lápiz, o más bien, los tonos de gris, hacer imágenes en blanco y negro y ta, como a mi me gusta el realismo, lograr el realismo a color requiere de otro entrenamiento, por eso me había propuesto lograrlo en grises para quizás luego animarme al color.
Allí, en el taller, habían compañeros que trabajaban a color, con óleos o acrílicos, el mismo profesor los usaba también, pero a mi no me llamaba la atención, me parecía algo difícil, lejano.
Hace unos días, un reconocido maestro de una escuela de acá de mi ciudad se acercó a mi casa, porque un profesor del liceo me había recomendado como retratista, luego de hablar unos minutos y contarme lo que quería me preguntó en qué técnica iba a realizar el retrato, me preguntó si me animaba a hacerlo en color, con óleos. Yo le dije que si, me cuesta decir no, le dije que me dejara averiguar materiales para luego pasarle presupuesto y se fué. Apenas cerré la puerta me senté a pensar cómo carajos iba a lograr un realismo a color, si yo no sabía siquiera con qué se diluía el óleo. No tenía idea alguna de su preparación, de sus colores, no sabía si se mezclaban entre si. Aparte me había dado un plazo de 15 días para terminarlo porque lo precisaba, en fin, agarré un cuchillo una cuchara y un tenedor y me puse a cocinar.
(Pasaron mil cosas hasta que me facilitaron los materiales)
Una vez que estuve frente al lienzo con el retrato bosquejado comencé a.. a... no sé mojaba el pincel y le pasaba a eso que tenía enfrente, pasaron horas hasta que al fin le perdí el miedo y me dí cuenta que podía hacerlo y todo comenzó a fluir y me está quedando bien! (creo) como yo quiero, cuando lo termine te lo muestro acá. Aguante el yustin biber!
Hay gente que trabaja en algo, en sus ratos libres concurre a un taller y se "distrae" de su trabajo, es su cable a tierra. Pero si tu trabajo es el arte, si amaneces pensando en diseños, almuerzas mal pensando que tenes que diseñar cosas o que en un rato tenes que hacer un tatuaje difícil, estas las 28 horas del día pensando en arte, es muy dificil que concurras a un taller a distraerte, porque es más de lo mismo, si bien puedo ir a hacer "cosas para mi" pero créeme que no me dan ganas de ir a hacer más de lo mismo, prefiero recorrer redes sociales (aunque la mayoría de las veces chateo de tatuajes o cosas así y es más de lo mismo y me embola) o no sé, estar al pedo.
La cosa es que cuando iba a un taller lo hacía con algún trabajo que tenía que entregar, en el taller hay espacio y están todos los materiales que uno necesita, entonces si, mataba dos pájaros de un tiro, concurría al taller y cumplía con mi trabajo.
Había prometido perfeccionarme en una sola cosa, el lápiz, o más bien, los tonos de gris, hacer imágenes en blanco y negro y ta, como a mi me gusta el realismo, lograr el realismo a color requiere de otro entrenamiento, por eso me había propuesto lograrlo en grises para quizás luego animarme al color.
Allí, en el taller, habían compañeros que trabajaban a color, con óleos o acrílicos, el mismo profesor los usaba también, pero a mi no me llamaba la atención, me parecía algo difícil, lejano.
Hace unos días, un reconocido maestro de una escuela de acá de mi ciudad se acercó a mi casa, porque un profesor del liceo me había recomendado como retratista, luego de hablar unos minutos y contarme lo que quería me preguntó en qué técnica iba a realizar el retrato, me preguntó si me animaba a hacerlo en color, con óleos. Yo le dije que si, me cuesta decir no, le dije que me dejara averiguar materiales para luego pasarle presupuesto y se fué. Apenas cerré la puerta me senté a pensar cómo carajos iba a lograr un realismo a color, si yo no sabía siquiera con qué se diluía el óleo. No tenía idea alguna de su preparación, de sus colores, no sabía si se mezclaban entre si. Aparte me había dado un plazo de 15 días para terminarlo porque lo precisaba, en fin, agarré un cuchillo una cuchara y un tenedor y me puse a cocinar.
(Pasaron mil cosas hasta que me facilitaron los materiales)
Una vez que estuve frente al lienzo con el retrato bosquejado comencé a.. a... no sé mojaba el pincel y le pasaba a eso que tenía enfrente, pasaron horas hasta que al fin le perdí el miedo y me dí cuenta que podía hacerlo y todo comenzó a fluir y me está quedando bien! (creo) como yo quiero, cuando lo termine te lo muestro acá. Aguante el yustin biber!