Abracadabra.
Término usual en la jerga de magos y prestidigitadores de todo el mundo. Sus orígenes se remontan al siglo II después de Cristo, en el que aparece por primera vez mencionada en un poema de Quintus Severus Sammonicus. Se le atribuía, entre otros, el poder de curar la fiebre, el dolor de muelas y algunas enfermedades, especialmente si se les escribía en forma triangular sobre un pergamino, que debía estar suspendido del cuello de la persona por un hilo de lino. Si bien su verdadero origen no es claro, se cree que el término deriva de las iniciales de las palabras hebreas Ab (padre), Ben (hijo) y Ruach Acadasch (Espíritu Santo).